Don Luis Enrique Atehortúa y Doña Carmen Sánchez

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“Edén en Primavera,  Una Historia de Amor, Flores y Silletas”
“Como el clavel del aire,
  Así es ella,
 Igual que la flor…
                              Adaptación del tango Clavel del Aire
                                       Letra; Juan de Dios Filiberto

Pareciera que con el tarareo de las notas, adaptadas de la letra de un tango,  don Luis Enrique Atehortua,  saludara a su amada Doña Carmen, todas las mañanas, como una declaración de amor;  a su bondad,  a su dulzura y a su compañía permanente desde el día 12 de mayo de 1959, fecha en la que se conocieron y que hace cincuenta y un años,  comparten día a día,  la vida  juntos;  tienen 6 hijos y 8 nietos, su convivencia da fe de esta alianza,  de esta armonía,  de este fervor  por las flores,  las silletas,  la música y el trabajo.
Hijos de silleteros fundadores y pioneros de una historia y una práctica ancestral;  gestores y embajadores de la Cultura Silletera de Santa Elena, representantes  de Colombia y  visitantes de otros aires y otras tierras;  reconocidos y apreciados por una colectividad que los ha visto trasegar apoyando  ideas y realizando sueños en pos de un futuro mejor.

Don Luis  Enrique Atehortúa, fue el precursor de la primera Acción Comunal en Santa Elena, en la década de los años 60s, proyecto que fue premiado, por una comisión extranjera, cuyo estímulo fue una beca para estudiar Cooperativismo, en la Universidad de Wisconsin.  Visionario de entornos con proyección a la comunidad y a futuros inmediatos,  no dudó nunca como gran emprendedor que es, en convocar a muchas personas de la comunidad a participar en los diferentes convites,   todos ellos,  creyeron y  se unieron a la tarea de pensar en una  sede para una biblioteca en Santa Elena,  él,  con su guitarra,  sus  acordes,  canciones  y  tonadas,  dedicó  todo su empeño para que esa idea no fuera sólo un sueño;  y  entonces,  todo  se volvió fiesta  y la fiesta se convirtió en alianza,  y la alianza,  en compromiso;  para disfrutar más tarde y sentir como propio,  el sitio,  que hoy ocupa la Biblioteca Pública Margarita Córdoba de Solórzano,  y  que por tantos años ha sido espacio y lugar  de encuentro  de  saberes,  conocimiento  y  emprendimiento de una comunidad en permanente desarrollo.

El es el Fundador de la estudiantina  Los Silleteros y creador de la letra y la música del Himno de los Silleteros en el año de 1999;  tema que fue grabado en español y enviado como regalo,   por motivo de agradecimiento a la familia Diemer, anfitriones de su invitación a estudiar en el exterior;   con la sorpresa de que fuera  traducido al ingles y escuchado  en  los Estados Unidos y en algunas ciudades de Europa como Ámsterdam, Bruselas y Burdeos, entre otras.

Doña Carmen, es hija de Don David Sánchez,  creador de la idea del primer desfile de silleteros;  ella cuenta que cuando su padre cumplió veinte años de participar  en dicho  evento;  como reconocimiento a su trabajo,  fue invitado a  desfilar con toda su familia;  anécdota que recuerda con mucho cariño y que la devuelve a  su infancia,  cuando toda su estirpe se juntaba para elaborar las primeras silletas, que mas tarde se convertirían en una tradición;  que se quedaría  para siempre en la memoria y en la presencia de toda una nación.
Su tesón los anima a solazar cotidianamente,   con su espíritu hacendoso la permanencia en este terruño  que es  Santa Elena,  allá en la Vereda El Cerro, en el Edén en Primavera, su casa,  donde habitan, con sus senderos laberinticos llenos de flores y enredaderas,  donde se confunden desprevenidamente las fucsias, begonias, novios, pasifloras, clavellinas,  azucenas,  tulipanes Y pensamientos,  entre muchas especies más;  que  forman  un ramillete tan colorido,  como las silletas que cada año cargan en sus espaldas,  atravesando  la ciudad y desfilando con los cientos de Silleteros que alegran la capital de la bella villa,  que hoy es  Medellín.

Ellos son modelo para  muchas generaciones,  su historia merece ser contada siempre, ya que  es un referente de unidad y  de trabajo en equipo, ellos son ejemplo de vida;  han compartido muchos de años de arte,  creatividad,  familiaridad,  constancia y labor;  ellos nos alientan a entender que las historias de amor  si existen y que puede ser posible,  vivirlas aquí,  en la tierra; como la que se describe  hoy en las historias mínimas del mes de agosto, como un homenaje a la tarea de dos seres extraordinarios que serán recordados como dos grandes  Silleteros del Corregimiento de Santa Elena.

Textos y archivo fotográfico
Gladys Elena Castrillón Ochoa
Coordinadora Biblioteca Santa Elena
Sistema de Bibliotecas Públicas de Medellín